Una noche de campamento en el bosque descubren que los faroles se apagan solos, todos al mismo tiempo, mientras se escucha a lo lejos un aullido de un perro salvaje que vivía en la cima de una montaña.
Los chicos, cuando vieron que se encendían y apagaban solos los faroles y vieron una luz, decidieron escalar hasta la cima y allí comenzaron a buscar.
Al ver que era esa luz, buscaron y buscaron hasta que encontraron una cueva allí y se quedaron a pasar la fría y oscura noche.
Al día siguiente, vieron que esa extraña luz venía de un perro salvaje y ellos intentaron agarrarlo pero no pudieron porque su mano les traspasaba el cuerpo del perro y ahú se dieron cuenta que eso era la luz de su espíritu.
Cuento escrito por Lara Roggiani, Camila Tesorero, Francisco Ghiglione y Tomás Flores Figueroa
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