Los chicos van al laboratorio de la escuela ubicado en el sótano, y allí descubren que el esqueleto se mueve solo, en ese momento se prenden y se apagan las luces.
El esqueleto amenaza a los chicos, y unos de ellos se muere. Los compañeros llevan el chico a la casa y los chicos dicen: "Hola, señora. Le traemos a su hijo que lo mató un esqueleto en el laboratorio.
Señora: "Hola, no puede ser, mi hijo se murió hace 15 años, en un accidente con el padre, en una moto viajando a Córdoba. Lo chocó un camión de 25 metros.
Chicos: "Pero señora, nosotros lo vimos morir".
Señora: "Mi hijo está enterrado en el cementerio. Cada 5 años se van con sus compañeros".
Chicos: "¿Nosotros somos sus compañeros?".
Señora: "Sí".
Los chicos asustados se dieron la media vuelta y se fueron.
Cuento escrito por Maitena Balmaceda, Salvador Gariglio, Sol Gutiérrez y Pedro Somare
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